Adolescentes: Autoimagen y autoestima

La auto imagen es la imagen mental que tenemos de nosotros mismos. Está influenciada por las relaciones con otras personas, las opiniones sociales y las tendencias temporales. Esta imagen mental tiene un papel muy importante en nuestra autoestima pero ¿Qué pasa cuándo dicha imagen está en constante cambio?

Durante el periodo de la adolescencia se producen intensos cambios físicos, psicológicos y sociales, dichos cambios generan inseguridad pues afectan el pilar principal del autoestima que es el autoconocimiento. El adolescente no sabe quién es, pues constantemente está cambiando física y emocionalmente. Al no tener claro cómo se ven a si mismos buscan sus respuestas en las opiniones de los demás. Está convencido que para poder ser aceptado con su grupo de pares su aspecto físico debe de agradar.

El principal problema de la actualidad es que ya no solamente se “espejean” con sus amigos y adolescentes cercanos, con el internet y redes sociales esta tribu en la que el adolescente busca aprobación se ha ampliado a cientos, incluso miles de “amigos” o “seguidores” con quien compararse y de quien obtener parámetros de belleza. Al abrir tanto este campo de interacción cada vez resulta más difícil cumplir estereotipos de belleza, cuerpos que parecen perfectos, imágenes quizá retocadas que reducen problemas de la piel propios de la edad, etc. Y esa nueva información que tiene que integrar genera mucho más ansiedad, preocupación y muy probablemente trastornos dismórficos corporales, pues no es lo mismo tener como punto de comparación a los compañeros del salón que compararte con modelos, artistas, blogueros, influencers, con quienes interactúan quizá todo el día a través del celular.

¿Qué podemos hacer los padres?

Los padres debemos entender que la preocupación de sus hijos por la imagen es transitoria, ira disminuyendo conforme crezcan, sin embargo debemos estar atentos a conductas de riesgo que sí podrían afectarle permanentemente. Hablar con ellos de sus virtudes físicas de forma constructiva, pero siempre dar mayor importancia a sus habilidades y recursos emocionales. A sus valores, aptitudes y capacidades creativas o deportivas.

Practicar hábitos de vida saludable. Alimentación balanceada y ejercicio.

Hábitos de higiene bucal y corporal, acudir con los expertos en la materia (médicos, odontólogos, dermatólogos, nutriólogos) para que escuchen de ellos la forma adecuada de cuidar sus dientes, su cara, su piel y su peso. Recordemos que en esta etapa la opinión de los papás es poco aceptada y validada, si ellos escuchan de un profesional de la salud lo que deben de hacer para mejorar aspectos que le generen inseguridad, será más fácil que estos hábitos sean aceptados y puestos en práctica.

Si el adolescente se siente bien con su cuerpo, será mucho más fácil que pueda afrontar estos años con recursos para defenderse y logrará aceptarse a sí mismo e integrar una autoimagen que tenga que ver más con salud y bienestar que con estándares de belleza poco alcanzables.